El misterio de los siglos. Tanto yerran en sus
conclusiones los que reducen toda vida a una acción
de las fuerzas fisicoquímicas, como quienes todo lo
reducen a la divina esencia y prescinden de los elementos
materiales. Se afirma que la
esencia de la vida procede de Dios por medio de
las fuerzas cósmicas; pero que en la vida animal
intervienen las fuerzas fisicoquímicas.
-COTT-
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